16 feb 2021

DINA: MUJERES DE LA BIBLIA.

dina y jacob en el campo

Conoce la brutal venganza de la deshonra de Dina y lo que le puede esperar a todos aquellos que no tienen dominio de sí mismos.


DINA, LA HIJA DE JACOB 


Dina era la hija de Jacob con Lea, una de sus dos mujeres, ella vivía en tierras cananeas y poco a poco se fue haciendo amiga de las personas de la ciudad, esta gente tenían costumbres muy diferentes a las de su casa, ya que eran adoradores de ídolos y estaban alejados de la ley del Señor.

 

Dina era una mujer muy joven, virgen, bella y carismática, su forma de sonreír y sus gestos agradables cautivaban a quienes la rodeaban y siempre fue muy apetecida ante el interés constante de los hombres que buscaban cortejarla.

 

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LA VIOLACIÓN DE DINA 

Un día común y corriente, como de costumbre, Dina se dispone a visitar a sus amigas cananeas y en medio de las charlas, risas y lentejuelas, es contemplada con deseos incontrolables por Siquem, un apetecido joven de familia muy influyente en la región.

 

Siquem, decidido, saca a flote todo su arsenal seductor, busca los puntos débiles de la víctima, crea la situación ideal y logra llevarla a un sitio solitario, pero estando ahí y ante las reticencias de Dina, sus impulsos se tornan agresivos, toma a la joven en contra de su voluntad, se acuesta con ella, la deshonra y transgrede la vigiladísima tradición de casarse primero antes del acto.

 

Pasado este delicado momento, la mente de Siquem no deja de pensar en Dina, en todo momento su imagen lo distrae y termina perdidamente enamorado de ella; Al sentirse profundamente atraído, le dice a su padre que la quiere como esposa, le comenta la falta grave que cometió y lo convence para entablar conversaciones con Jacob y su familia.

 

Pero Jacob y su familia son avisados a tiempo del tormentoso momento que sufrió su amada hija ante las fuerzas del siniestro Siquem; La tristeza y el enojo ensombrecen sus semblantes y la mancha en su dignidad queda como una impronta imborrable que mancilla sus costumbres y su honra.

 

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manos haciendo acuerdo fallido

EL PACTO DE LA DESHONRA


Hamor, padre de Siquem, enterado, preocupado por la situación y sabiendo que a pesar de la falta de su hijo, este parece arrepentido, enamorado de Dina y convencido de que hay que encontrar una solución pronta, emprenden viaje con la intención de dialogar con Jacob y con toda su familia.

 

Estando ya reunidos, Hamor y Siquem, le piden a Jacob que le entregue a Dina como esposa, le ofrece que el resto de sus hijos pueden emparentar con todas las doncellas de su comarca, usufructuar sus tierras, crear riquezas y tomar posesión en conjunto de todo.

 

Pero dos de los hijos de Jacob, dolidos por los sucesos no decorosos con Dina, traman una estratagema engañosa y les responden a los visitantes: Para nosotros es abominación un hombre no circuncidado, pero si deciden que todo varón que habite sus tierras sea circuncidado, entonces nos emparentaremos y tendremos descendencia conjunta como si fuéramos un mismo pueblo.

 

Hamor y Siquem aceptan el acuerdo y pasada la visita, avisan a su pueblo de los términos y condiciones del trato con Jacob, recalcan el hecho de que todo varón sea circuncidado para poder unir ambos pueblos, ser más fuertes, más prósperos y acrecentar la descendencia.

 

La gente de Hamor acepta la unión y todo varón comienza a circuncidarse bajo la atenta mirada de la parentela de Jacob, pero luego del tercer día, cuando los dolores de la operación son más fuertes y la población queda vulnerable al ataque, sucede la implacable venganza de los hijos de Jacob como represalia al deshonor de Dina.



LA VENGANZA POR DINA 

Simeón y Leví, Hijos de Jacob, hermanos de Dina y gestores de la treta sangrienta, crean secretamente un escuadrón letal, empuñan sus espadas y en el momento más débil del enemigo, de forma sorpresiva y violenta embisten un brutal ataque contra todo ese pueblo pagano y exterminan a todo varón, empezando por Hamor, Siquem y toda su familia.

 

Terminada la masacre, los hijos de Jacob, toman como rehén a todo niño y mujer, saquean la ciudad, se apropian de todas sus riquezas, toman como suyo toda vaca, oveja, asno y cuanto pato quede por ahí.

 

Jacob, enterado y conmocionado por los actos violentos de sus dos hijos, se confunde, se atemoriza, se entristece notablemente y les vaticina: Ahora somos un pueblo odioso ante los cananeos y ferezeos, estamos diezmados y pronto seremos presa fácil de la venganza sin compasión de esta gente.

 

Por una mujer incauta todo un pueblo perece, por un hombre impulsivo, carnal y descontrolado toda una aldea muere y por la ira de dos violentos individuos es exterminada toda una futura descendencia.

 

Así son los actos que la imprudencia, la lascivia y el poco temor de Dios, dan por herencia a todos aquellos incautos que no tienen las fuerzas para dominarse a sí mismos y que no ven más allá de las consecuencias de sus comportamientos.


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