EL CRIADO Y SU MISIÓN
Tenía el patriarca Abraham en su villa a un
criado amado por él, un hombre de toda su confianza en el que depositaba fielmente
la administración de sus bienes.
A este honorable criado, Abraham le encomienda
bajo juramento y guiado por un ángel, la tarea de encontrarle una mujer
virtuosa a su hijo Isaac, una mujer escogida por Dios.
Enterado de la misión, el criado se presenta y toma
nota atenta de las recomendaciones de Abraham. Las especificaciones son claras:
No tomar para su hijo Isaac a una mujer cananea, sino que tiene que ser de la tierra
y parentela de Abraham.
Entonces, el criado le pregunta acerca de las
conjeturas del viaje y de posibles imprevistos: ¿Qué sucede si tengo
inconvenientes? ¿qué tal que no quiera venir conmigo? ¿Qué pasa si la familia
se opone o no se den las circunstancias?
No te preocupes, le espeto Abraham:
El Dios del cielo me tomo de la casa de mi padre, de la tierra de mi
familia y me juro diciéndome: A tu descendencia entregaré esta tierra, un ángel
ira delante y traerás de allá a esa mujer para mi hijo (Génesis 24:7).
Dispuesto y preparado para la faena, el criado toma 10 camellos para el viaje y Abraham sabiendo como son las cosas, lo dota
de magníficos regalos para que cumpla con la tradición y hable con
propiedad ante la futura esposa y su familia.
- El jardín del edén: Historias de la biblia.
- Adán y Eva: Historias de la biblia.
- Caín y Abel: Historias de la biblia.
BUSCANDO ESPOSA PARA ISAAC
Luego de un apacible viaje, llega el criado a
la ciudad de Nacor en la Mesopotamia y contempla como a determinadas horas, todas
las damas se acercan al pozo de la comarca a llenar jarras de agua y pensó:
En Dios deposito mi fe y en este lugar me toparé
con esa mujer virtuosa, escogida por Dios para su siervo Isaac; Para mí, le
pediré agua, ella me dará de beber y también ofrecerá agua a los camellos y con
esta acción reconoceré que ella es la elegida.
No había terminado el criado de completar sus
palabras, cuando desde el horizonte cercano, el mismísimo sol sale a adornar
las sombras de tan esbelta y agraciada mujer, las jarras de agua se contonean
con su figura de lado a lado como si de jazmines se tratara.
Cegado por su encanto, pero con gran respeto y
obediencia a las órdenes superiores, el criado le pide de beber y ella
amablemente le extiende el cántaro y le asevera que hay suficiente para los
camellos, calmándole la sed también a los animales.
Se trataba nada más y nada menos que de Rebeca,
la hija de Betuel, nieta de Nacor, hermano de Abraham y prima de Isaac; Una
virgen, un portento de mujer esplendorosa y fértil, en la cima de su juventud,
de caminar delicado, voz serena, generosa y temerosa de Dios.
El criado ya sabía que esa era la elegida del
Señor, pero aun así espero y le pregunto sus orígenes, le dio los brazaletes de
oro y le pidió posada, a lo que ella accedió con el beneplácito de su familia.
El hombre se inclinó, miro a los cielos y dio
gracias al Dios de la vida por permitirle llevar a cabo su misión de encontrar a
Rebeca, la mujer en quien Dios hallo gracias para seguir la descendencia
prometida a la familia de Abraham.
Estando ya el criado disfrutando de la
hospitalidad de la casa Nacor, decide no probar bocado hasta relatarles al pie
de la letra todo lo acontecido, las solicitudes de Abraham y las órdenes del
Dios de la creación.
Esperando respuesta el criado a la petición de
manos de Rebeca, recibe la siguiente respuesta de su familia:
Aquí está Rebeca delante de ti, tómala, márchate y que sea mujer del hijo de
tu señor, como lo ha mandado Dios. (Génesis 24:51).
Escuchado esto, fue llamada a petición la
voluntad de Rebeca, para que también decidiera ella misma su futuro; La escogida decide aceptar libremente ser
la mujer de Isaac, entonces, celebraron, repartieron regalos a toda la familia,
comieron y bebieron con gran alegría.
- Enoc caminó con Dios: Historias de la biblia.
- El arca de Noé: Historias de la biblia.
- La torre de babel: Historias de la biblia.
ISAAC Y REBECA SE CONOCEN
Y bendijeron a Rebeca diciéndole: Hermana nuestra, sé la madre de millares por doquier y que tus descendientes sean tantos, que se
extiendan hasta las puertas de nuestros enemigos.
El criado, Rebeca y su séquito se marchan a la
tierra de Abraham, donde la espera su prometido Isaac; No habían llegado a su
nuevo hogar, cuando Isaac ya los había divisado, se sacude las alpargatas, pega
un brinco nervioso y sale al encuentro presurosamente.
Rebeca alzando sus ojos, avista a lo lejos, sin
saber, la silueta de su futuro esposo y pregunta acerca de quién es él; Ese es
mi Señor, ese es Isaac, le responde el criado.
Acercándose a paso lento, camina Isaac al encuentro con Rebeca, sus pies se tornan temblorosos y su rostro palidece, conteniendo su impulso, saluda primero al criado y con el rabillo del ojo acaricia con su mirada el velo de Rebeca y detonan sus pensamientos.
Bella, bella, como el agua fresca del
manantial, así es tu sonrisa Rebeca, finas manos y delicados pies, como ovejillas
de plata; No te caben los ojos en el rostro, no te caben tus cejas en el velo,
así te veo, amada mía, como un nido de miel en mi corazón que arde y reposa.
Y la llevo Isaac a su casa, la presento a sus
padres, le mostró sus tierras, la tomo por mujer, la consoló y la amo por el
resto de su vida.
- Abraham: Historias de la biblia.
- Lot: Historias de la biblia.
- Sodoma y Gomorra: Historias de la biblia.
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