Descubre la historia de amor y odio de estos gemelos, hijos del patriarca Isaac.
JACOB Y ESAÚ
NACEN LOS GEMELOS
Dios le dijo a Isaac: Tu mujer Rebeca tendrá dos hijos,
serán gemelos y cada uno fundará su propia nación, uno de estos pueblos tendrá
más fuerza que el otro y el mayor será quien le sirva al menor.
El mayor era Esaú, el favorito de su padre; Joven rubio,
fuerte, amante de la caza y de las actividades campestres y el menor era Jacob,
el preferido de su madre, joven dedicado a las tiendas de su familia y sus
actividades eran más domésticas e intelectuales comparadas con las de su
hermano.
LA PRIMOGENITURA DE ESAÚ
ESAÚ VENDE SU PROGENITURA POR UN PLATO DE LENTEJAS
Pasado un tiempo, luego de ambos haber vivido la
adolescencia, Esaú, el gemelo mayor, llega a casa luego de la faena en el
campo, muy cansado y hambriento, percibe grato olor a su olfato, se trata de un
apetitoso guiso de lentejas que Jacob prepara y sin pensarlo dos veces le pide suculenta
porción.
Jacob de gusto se dispone a darle, pero, le dice: Véndeme tu
progenitura por este manjar y sin darle importancia al caso y muerto de hambre,
Esaú le asiente el gesto de aprobación mediante juramento.
Con este sencillo juego, aparentemente sin importancia, Esaú
le entrega simbólicamente bajo la gravedad de juramento el poder a su hermano
menor, quedando este siendo dueño del destino de la familia y de su pueblo.
Esaú vende su primogenitura por un plato de lentejas |
ISAAC BENDICE A JACOB
REBECA Y JACOB ENGAÑAN A ISAAC
Estando Isaac de edad muy avanzada, la enfermedad empezó a
hacerle mella y sus ojos enceguecieron hasta el punto de no poder distinguir ni
a su propia familia.
Isaac, al sentirse tan débil y alcanzado por los años, le propone
a su amado hijo Esaú que salga de caza y le prepare un jugoso guiso, para luego
bendecirlo como su hijo preferido antes de que muera y cargue con el honor de
haber sido el hijo de su bendición, el escogido para dirigir los destinos de la
familia, entonces, el joven se dispone alegremente y sale a buscar presa.
Rebeca, su esposa, escucha la conversación de la bendición y
rápidamente le comenta a Jacob sus planes con el fin de que este sea el
bendecido y no Esaú, entonces, arman un plan y buscan dos cabritos, hacen el
guisado, le pone las vestiduras de Esaú a Jacob, cambia el tono de voz y se
aprovechan de la ceguera de Isaac.
Terminado el guiso y vestido engañosamente, Jacob,
cumpliendo las tretas de su madre, acude a donde está su padre y le dice: Yo
soy Esaú y este es mi guisado, come de él y bendíceme antes de que mueras.
Jacob, acercándose con el manjar en sus manos, es palpado
por su progenitor, Isaac reconoce contrariedad en la voz, pero sus manos son
igual de vellosas y dijo sin malicia alguna: ¿Eres mi hijo Esaú? y le respondió
Jacob astutamente, si lo soy padre.
Isaac, totalmente engañado y convencido de que se trata de
su amado hijo Esaú procede a bendecir a Jacob, invoca a Dios y le pide
abundancia, bienestar y dicha para su hijo, que naciones enteras se inclinen
ante él, que sea el líder de sus hermanos y que sean malditos todos aquellos
que lo maldijeren y benditos los que así lo hagan.
Acabada la caza de Esaú, vuelve a la tienda sin percatarse
de nada, prepara el guiso a su padre, entra a sus aposentos, le ofrece sus exquisiteces
y le pide la bendición, entonces, Isaac sorprendido, se da cuenta de que dio su
única bendición a Jacob y no a Esaú como era su deseo.
Al enterarse de la maniobra y trama ocurrida por parte de su
madre y hermano, Esaú, amargamente se refiere al cambiazo, recuerda el momento
en que también le fue arrebatada la primogenitura, llora desconsoladamente y
jura venganza, jura matar a su hermano y el odio se apodera de la familia.
Rebeca, dado lo ocurrido, es avisada de las intenciones vengativas
de su hijo mayor y alerta a su hijo menor, le ordena huir hasta las tierras de
su hermano, hasta que el odio empiece a
diluirse y el tiempo cure las heridas.
Jacob se marchó y siguiendo las recomendaciones de sus
padres, busco mujer que fuera de la parentela de Rebeca, cultivo la tierra y
prosperó en su villa; Esaú por su parte tomo mujer de la tierra de Canaán, damas
no agradables ante los ojos de sus progenitores y no temerosas de las
costumbres del Dios de la creación.
- Lot: Historias de la biblia.
- Sodoma y Gomorra: Historias de la biblia.
- Rebeca: Mujeres de la biblia.
- Isaac: Emprendimientos en la biblia.
JACOB Y ESAÚ SE RECONCILIAN
Pasados los años y luego de muchos odios y querellas, Esaú y
Jacob, cada uno con su séquito y ambos con desconfianza mutua, logran tener un pacífico encuentro, ambos se miran, se abrazan y conocen a sus descendientes.
La confianza es restaurada entre ellos, intercambian regalos, se dan a conocer los hijos, siervas y esposas, se muestran y ofrecen sus posesiones y vuelven a ser hermanos, posteriormente se separan amistosamente y cada uno sigue con sus deberes y labores personales.
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