Conoce la historia de la torre del orgullo y la soberbia; Que ofendió a Dios y dio origen a la diversidad de las lenguas.
Las sabanas de Sinar
Toda la tierra luego del gran diluvio universal tenía una
sola lengua, un mismo idioma que comunicaba sin confusión alguna las
necesidades diarias y rutinarias de todos sus pobladores.
En el oriente, en las sabanas de Sinar, se instauraron
grandes aldeas que se convirtieron luego en urbes de renombre donde
fructificaron bazares, mercadillos, rutas y emprendimientos locales.
La vida era buena y poco a poco el comercio empezó a expandirse
y sus residentes disfrutaban de las mieles del progreso; Fiestas y algarabías
engalanaban las noches sinarenses, francachelas y comilonas estimulaban los
sentidos de los visitantes.
ORGULLO Y SOBERBIA
Con el bienestar y los frutos del progreso, germino consigo también
la semilla de una nueva clase de hombres, personajes inescrupulosos, malhechores
cuyo bien común era únicamente el interés personal y el incremento codicioso de
sus arcas.
Prostitutas y proxenetas, potentados y vividores, pobres y
desdichados, bienaventurados y resignados; Todos hacían parte de la gran ciudad
cuyos residentes y benefactores empezaron a contagiarse del gran pecado de las
riquezas, el orgullo, la soberbia y la vanidad.
Pronto los elocuentes discursos de sus gobernantes y
opulentos inversionistas destilaban un tono de grandilocuencia, ufanándose de
sus éxitos, logros y méritos y al mismo tiempo despotricando de sus vecinos.
- Enoc caminó con Dios: Historias de la biblia
- El arca de Noé: Historias de la biblia
- La torre de babel: Historias de la biblia
- Abraham: Historias de la biblia
LA TORRE DE BABEL
Hagamos una gran torre en la que se divise todo el
horizonte, que desde lejos se vea nuestra grandeza y cuya cúspide toque el
cielo, explayaban los dignatarios de turno.
Subámosla con ladrillo y asfalto, démosles forma a sus
paredes, hagamos túneles y pasadizos, balcones y salones, estatuas y esfinges,
seamos la envidia del mundo y veamos a Dios en las alturas.
En las noches de Sinar se encienden los faroles, en las últimas
esquinas se iluminan los fanales, se tornan los bullicios, regresan las
querellas y se abren los delirios como ramos de jacintos, corre, corre, corre,
dulce capullito, en las alturas de la torre la hermosura de tu juventud
brillara y las firmezas de tu cuerpo triunfaran sobre las ingles de los magnates;
Instaban los alcahuetes bajo las órdenes lascivas de sus amos.
CASTIGO DE DIOS: CONFUSIÓN DE LENGUAS
Percatado Dios del mundanal ruido de la ciudad, en las
inmensidades del éter se abren las compuertas del firmamento y asoma su mirada
penetrante, observa los alcances de la obra, el espíritu del momento, la
corrupción de las masas y la altivez de ojos de los habitantes de la gran aldea.
Y expreso Dios: El pueblo es uno y todos tienen un mismo lenguaje, comenzaron la obra
y no desistirán lo que han empezado hacer (Génesis 11:6).
Descienden las decisiones de Dios desde el sempiterno hasta
las mentes de los citadinos Sinarenses, las palabras de sus bocas comienzan a
atascarse, se confunden sus sentidos, el entendimiento se dispersa y las
lenguas se dividen.
Ahora nadie entiende a nadie, el desorden y el desconcierto
dan paso a la anarquía, la torre de babel no tiene quien la siga, la magna obra
decae sobre su misma esencia y la ciudad se divide.
Burlas y carcajadas sacuden los convites de los vecinos de
la ciudad sin saber que pronto también les afectara a ellos; Vaya locura la que
repentinamente azoto a los Sinarenses comentaban los ancianos, ni los gatos se
entienden entre ellos, ni a los ratones les volvió a gustar el queso y ahora ni
la hija sabe lo que le dice la madre.
Así esparce Dios el engreimiento y la vanidad, la pedantería
y el postín, la arrogancia y la petulancia de una ciudad llena de sí misma, de
un pueblo soberbio y apático con sus fronteras, cuya maldad divide las lenguas
de sus generaciones para siempre.
Babel, babel, babel, así serás recordada torre presuntuosa,
tu nombre significa confusión y desde allí Dios desoriento para siempre el
lenguaje de toda la tierra.
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