Conoce como era la armonía entre Dios, el hombre y todas las demás especies antes del pecado original y que podemos aprender al respecto.
La intención original de Dios para con el hombre y con todas
las demás especies siempre fue buena, pura y provechosa; Su espíritu, amor y generosidad
vivían en su creación y en todos los que habitaban en ella.
La naturaleza era una jungla, pero no salvaje, la ley natural
de la supervivencia no existía, la armonía era el equilibrio natural y cotidiano,
la exuberancia del paisaje contrastaba con la paz de sus especies.
EL JARDÍN DEL EDÉN
Y Dios situó un huerto en el Edén, al lado oriente y en ese lugar al hombre que había creado lo estableció; Dios hizo crecer de la tierra todos los árboles apetitosos a la vista y excelentes para comer, también el árbol de la ciencia del bien y del mal y el árbol de vida en medio del jardín (Génesis 2, 8:9).
El primer hombre sobre la tierra
Del polvo terrenal y del soplo divino, el hombre incursiona
a la vida, el aliento vital necesario para recorrer, multiplicar y señorear el paraíso
dado como herencia a todo ser que respire; Fue al hombre a quien Dios designo como
administrador de su huerto y responsable del bienestar de todos los demás animales.
Entonces, tomo Dios al hombre y lo puso en el jardín del Edén
para que lo arara y lo atendiera (Génesis 2:15).
De la tierra brotaba cuanto árbol hermoso, sus raíces fuertes
se adornaban de pájaros, reptiles y bestias silvestres que jugaban mansamente
con cachorros de otros géneros, pero en el medio de tanta magnificencia dos árboles
prevalecían: El árbol de la vida y el árbol de la ciencia del bien y del mal.
El libre albedrío
El libre albedrío es característica de la majestuosidad de
Dios, demostrada en el uso correcto y ponderado de su poder, Dios no abusa de
su autoridad, todo en Él es puro y benevolente.
Del fruto de todos los árboles podrás comer y del huerto podrás
disfrutar, le dice Dios al primer hombre, pero no comas del fruto del cigüeñal de
la ciencia del bien y del mal porque morirás.
Dios no impone un poder autoritario sobre Adán, pero si le muestra
que Él es Dios, le hace entrever que no hay ser que se le iguale y que hay
cosas que solo le competen a Él dada su ilimitada sabiduría ¡No comas de ese
fruto porque no podrás con él, no lo hagas porque morirás! Advertido queda su
administrador y deja que libremente tome sus propias decisiones.
Adán requiere compañía
Adán regresa al jardín, analiza lo sucedido, vuelve a sus
labores y brinca y revolotea en sus momentos de ocio, se le monta al tigre en
el muslo y le hace burlas a la jirafa, mientras que don ratón le muerde el codo
y doña gallina le pica la oreja.
Pero Dios ve que Adán esta solo y que juega con todas las demás
especies que si tienen parejas, familias y asiente: Este administrador mío
necesita compañía, alguien que lo ayude, le voy a dar un Regalazo, ya es mi
mano derecha en el Edén, ya prevalece sobre todas las demás especies, pues le voy
a dar lo que te falta y así fue, Eva pronto llegará al Edén cargada de
sorpresas.
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