Dios es mi defensa, esperaré en Él; Es mi escudo y apoyo de salvación. 2 Samuel 22:3
SOLICITUD A DIOS POR LA PANDEMIA DEL COVID 19
Dios
es mi defensa, esperaré en Él
El Señor es mi defensa en todo momento y circunstancia,
no temeré, mi destino está escrito por ÉL, su manto cubre mis pasos y su mano
guía mi proceder, tendré cuidado y cuidaré de mi prole, seguiré la norma, pero
mi defensa está en Ti en quien espero.
Escudo poderoso es tu presencia en nuestras vidas
y el apoyo de nuestra salvación es tu palabra que nos consuela, enseña y nos
previene ante la adversidad; Vivimos tiempos de congoja, la pandemia encara al
mundo, la enfermedad nos pone a prueba y refleja nuestra debilidad y fortaleza
de manera simultánea.
Familiares, amigos, conocidos y desconocidos
han podido dejar este mundo a causa del virus, otros padecieron su embestida en
un hospital y muchos lo tuvieron asintomáticamente, pero lo que todos sin lugar
a dudas tuvimos, fue la enseñanza que nos dejan los infortunios de una
situación sorpresiva y revestida de un ataque violento en nuestro punto más
débil “La sensación real de impotencia ante un enemigo más fuerte”.
Es mi escudo y apoyo de salvación
Pero Dios es nuestro escudo y apoyo, podemos
tener la certeza de que este enemigo no es más grande que Él y que con el
tiempo y el conocimiento que su infinito amor les brinda a las mentes más
preparadas, obtendremos el antídoto real que curara nuestra salud.
Ese antídoto nos dará salud y nos proporcionará
vida, pero humildemente debemos pedirle al Señor que nos dé un halo de su
esencia espiritual que nos restaure el alma colectiva como especie y aprendamos
a respetar aquello que esta más allá de nuestras necesidades básicas.
Danos Dios ese cambio superior, ese pensar y ese
actuar notorio que nos eleve a algo más espiritual, algo más excelso, lejos de
lo mundano, algo que no se mida en términos progresistas como la revolución
industrial o digital, sino como el renacer del espíritu, algo que no se pueda
tocar, ni ver, sino sentir, algo que fortalezca el vínculo divino contigo Señor
y con nuestro prójimo.
Ese algo inmaterial, especulando en medio de
nuestra infinita ignorancia, bien podría empezar siendo que pudiéramos poder
tenerle el merecidísimo respeto por parte nuestra a la madre tierra, ese hecho
en particular, nos podría dar algo insospechado, que no sabríamos decir que es,
pero la recompensa con seguridad sería algo tan positivo cuyas consecuencias
sobrepasarían el entendimiento humano, pero con seguridad sería algo bueno, algo
muy bueno en nuestra historia como especie dominante.
Tenemos la tarea como sociedad de amar la vida,
respetar las cosas que son más pequeñas y grandes que nosotros como especie y
darle su lugar preponderante a la conservación de la naturaleza, sus fuentes
hídricas, los reinos animal y vegetal y ante todo reconocer al espíritu santo
de nuestro Señor en nuestras vidas.
Adiós COVID-19, como todo en la vida “También pasaras” y te recordaremos no como una furiosa pandemia que nos azotó, sino como un toque de alerta que nos vino a decir que otras cosas seguirán pasando y que la respuesta es el cambio.
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