1 ago 2020

YO ESTOY A LA PUERTA Y LLAMO


Dios mío

AQUÍ ESTOY YO, LLAMÁNDOTE


Yo estoy en la puerta y llamo: Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él. Apocalipsis 3:20


Dios nos dice metafóricamente que Él siempre está disponible para nosotros, no importa el día, momento o circunstancia, Él está ahí en la puerta, Él camina y te la toca, Él te llama.


La paciencia de Dios no tiene comparación, Él te espera, te deja reposar de tus cargas, de tus temores y circunstancias, pero siempre está dispuesto a llamarte en todo momento, tú decides ese instante en el que le abres la puerta.


Cualquier buen o mal momento, sin importar las vicisitudes de la vida no son el impedimento para escuchar a Dios cuando Él llama, debemos estar atentos a su toque, porque en su infinito entender nos tenderá la mano cuando más lo necesitemos ¡Recuerda! Dios no hace acepción de personas, por lo tanto, tu ser, tu presencia y tu diario vivir, también hacen parte del todo y Dios es el todo.


También en Godeus:

-   

SI ALGUNO OYE MI VOZ Y ABRE LA PUERTA

 

Demuestra nuestra ceguera espiritual y denota que son muchos los que aun llamándolos y tocándolos, no escuchan ni sienten; Pero su inmenso amor nos permite saber que si lo queremos de verdad, solo es abrir la puerta. Ábrele ya y deja que viva en ti, que habite en tu ser; que Dios entre en tu corazón.

 

Su voz constantemente está resonando, Él no se cansa, no se desespera, Él entiende perfectamente la naturaleza humana y sabe de la incapacidad de sus hijos para escuchar lo perfecto, lo verdaderamente significativo y provechoso para nuestras vidas.

 

Su comprensión y amor sin límites se nos muestra en su paciencia, Él no nos obliga, en ningún caso busca controlar nuestro libre albedrío, solamente nos da las pistas y ayudas para que escuchemos su voz y abramos la puerta; La puerta de la libertad interior.


También en Godeus:

* Génesis 31:44 *


ENTRARÉ A ÉL

 

Dios entra en nosotros si así lo queremos de corazón, decídete a escuchar su voz, a estar pendiente cuando nos toca la puerta y abrírsela con los brazos abiertos; Para Él esto es una alegría, pero para nosotros es una necesidad superior, el mejor regalo de nuestras vidas y el magnetismo para quienes nos rodean.

 

Al aceptar a Dios, aceptamos un plan de vida, un barco con timón que nos lleva por los mejores destinos de nuestra existencia, pero esto no quiere decir que todo puerto será un arribo maravilloso, recordemos que estamos en la tierra y la presencia de Dios lo que nos denota es un estado de conciencia espiritual superior que está por encima de los atajos, prisas o reveses de la vida.

 

Estar cerca de Dios nos da la tranquilidad y entendimiento de que nuestra presencia aquí en la tierra es algo necesario y a veces tormentoso, pero que hay algo más, algo superlativo y muy misterioso a lo que debemos escuchar.

 

Luego de escuchar, abrir la puerta y dejarlo entrar, con seguridad tendrás el aliento superior que tanto esperabas, ahora úsalo, aprovéchalo, cultívalo y muéstralo al mundo.

-      

 


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.