8 mar 2024

JOSÉ, EL ADIVINADOR DE SUEÑOS: HISTORIAS DE LA BIBLIA.

José viendo al faraón

Conoce los dos poderosos dones que Dios le dio a José: Eficiencia administrativa e interpretación de sueños.


EL ADIVINADOR DE SUEÑOS


Aconteció que un par de eunucos: El copero principal y el jefe de panaderos, ofendieron al faraón y este, rabioso contra ellos, los mandó a meter en la cárcel del comandante de tropa, en la cual estaba también preso José, que por orden del alcaide los recibió.

Pasado cierto tiempo, estos reos, tuvieron ambos en una misma noche un sueño concerniente a su propio destino; Al asomar el sol, José dio una ronda y viéndolos achicopalados, les preguntó: ¿Qué les paso que los veo acongojados? Y respondieron ellos: Es que no hemos podido dar con la respuesta de un sueño que tuvimos. Y José les explayo: ¿Acaso no es cosa propia de Dios la interpretación? Soltadme vuestras visiones y yo os daré las respuestas.

El copero se adelantó y contó su sueño así: Noté delante de mí a una vid, que tenía tres sarmientos que crecían hasta echar botones y de estos salían flores y uvas, pero yo tenía en ese momento la copa del faraón en mi mano; Proseguí entonces con las uvas y las exprimí en la copa y se las serví al faraón. 

Interpreto José: Copero, aguantaos duro que ahí va el descifrado de vuestro sueño, los tres sarmientos son tres días que faltan para que el faraón se acuerde de tus responsabilidades y te restablezca a tus labores y le seguirás sirviendo la copa como antes lo hacías; Pero amigo, acuérdate de mí cuando vuelvas a estar bien y ten compasión conmigo, dile al faraón que me saque de esta cárcel porque fui arrebatado de la tierra de los hebreos y siendo inocente me encarcelaron.

Percatándose el jefe de los panaderos que la interpretación era sabia, dijo: Yo también soñé que llevaba sobre mi cabeza tres potes de harina, pero en el de arriba había toda clase de viandas de arte pastelero en donde las aves comían de él.


Atento dijo José: A discreción panadero, que ahí va la traducción: Los tres potes son tres días que aún te quedan y luego, pasados esos días, el faraón te volará la perilla y te colgará en una cruz al son del picoteo de los buitres.

Dicho y hecho, tres días después se celebraba el cumpleaños del faraón y se le dio a este por integrar nuevamente a su copero ¡Y a ese panadero súbanlo al patíbulo! que no es para menos con ese haragán; Pero de vuelta a los gloriosos el copero se olvidó de José por completo, el mismo que interpreto a la perfección su destino.


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LOS SUEÑOS DEL FARAÓN

El faraon sueña

Dos años más tarde tuvo el faraón un sueño: Se le asemejaba estar en la ribera del río Nilo de donde venían siete vacas fornidas y gordas, luego salían otras siete, feas y flacas que se tragaban a las primeras siete que eran fuertes y hermosas.


Prontamente, vuelve el faraón a soñar otro perturbador sueño, esta vez: Siete espigas salían de una misma caña, frondosas y hermosas; Luego otras brotaban de otra, reducidas y chamusqueadas por el viento abrasador y nuevamente devoraban las débiles a las fuertes.


Despavorido el faraón, siendo ya de día, mandó a buscar a todos los adivinos y sabios del reino, les contó el sueño, pero en vano no había quien diera con las teclas de la verdad.


Por fin, “El copero”, nuevamente atiborrado y harto hasta la pipa de tanto bacanal y francachela, por allá, ido en el baúl de sus recuerdos, una chispa ilumina levemente la silueta de José en los recovecos de su mente y brinca como potro al percatarse que tiene en sus manos la solución a los sueños del faraón y se le acerca sutilmente y le refiere la historia acontecida con el hebreo.


Tráiganlo, tráiganlo que la demora me perjudica, tráiganlo que para luego es tarde, rebuzna el faraón; No habían pasado dos lunas cuando ya estaba José con los pies fuera de la cárcel, con el gaznate resoplado y el crespero pulido, perfumado con esencias y vestido de fina seda ante la presencia del señor de Egipto.


Sueños angustiosos he tenido José, le refiere el faraón, esta manada de correveidiles no dan ni con la tuerca de un carretón, pero he oído de ti y de tu lucidez interpretativa.
Dice José: Mi Señor, no soy yo, sino Dios el que responde a través de mí.


Expresa pues el faraón sus vivencias somnolientas a José y este le responde: Ambos sueños no son más que una misma cosa, siete años de abundancia y siete años de hambrunas, celeridad mi señor, apresúrese a elegir a un varón sabio y provechoso para que recoja y administre todos los frutos de las provincias y los almacene como dispensa para los tiempos de carestía.


Consenso abrumador del faraón y su corte ante el dictamen de José sobre los sueños del regente y declara: Quien más que tu José, hombre recto, sabio y lleno del espíritu de Dios para que dirija y guie al pueblo en esta dura prueba, solo yo estaré por encima de ti, todos los demás te servirán.


JOSÉ EL GOBERNADOR DE EGIPTO


Y espeto el faraón: Te hago virrey de todo esto, pónganle un aníllete de oro puro y emperifóllenlo de finísimo lino hasta el cuello, siempre subirás al lado de mi carroza y ¿Ves aquella mujer que se contonea por allá? Se llama Asenet, es tuya desde este momento.

LAS VACAS GORDAS

jose observa el cielo

Púsose pues José, sin demora alguna en sus deberes, salió a visitar a todas las provincias de Egipto y a dar órdenes de lo que sí y de lo que no, observo la fertilidad en abundancia de la tierra y decía: A recoger, a comer algo y a guardar existencias en los graneros y lo mismo haced en todas partes.

Marchaba todo excelente como nunca, dos pimpollos le nacieron de Asenet, al mayor le puso Manasés y al otro Efraín, levanto los brazos y dijo: Dios me ha hecho prosperar en la tierra donde entre pobre y esclavo, bendito sea el Dios del universo.


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LAS VACAS FLACAS


Pasaban los días, los meses y los años y se empieza a asomar el temido séptimo, el inicio de la carestía, el hambre empieza a afligir a los estómagos del mundo entero, pero en Egipto las panzas están llenas, la escasez se acomoda en las plazas de mercado de los pueblos vecinos, pero en las de Egipto aún siguen llenas.

Pronto como un águila a su presa, se empiezan a detonar los brotes de escasez en Egipto también, la gente comenta y se aprietan los bolsillos, los animales empiezan a sufrir y el faraón dice. Acudid a José, que ese es el hombre, haced lo que él os diga, que el tipo tiene su estrella.


EL ADMINISTRADOR EFICIENTE

jose camina con los amigos

Y da la orden José de abrir comedida y justamente todos los estantes y graneros donde se guardaban las existencias, administrando al detalle el proceso y la repartición.

Prontamente, empiezan a venir ríos de gentes de todos los lugares a Egipto para poder comer y calmar su hambre; Oportunidad está en la que se muestra aún más la destreza del hebreo en el comercio y la grandeza de su corazón compasivo, no había acto, ni orden que no fuera bondadosa, ecuánime y altruista nacida de José.

Entonces, desde las dunas del desierto hasta la Riviera del río Nilo, desde el trono del faraón hasta el más humilde de los mesones del reino de Egipto, no falto en tiempos de José, el plato de comida en los comedores de los hogares, grande es José, inmenso es el Dios de Abraham.


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