11 sept 2020

TE DARÉ LAS GRACIAS

 

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GRACIAS, SEÑOR

A ti, ¡Oh Señor! Te tributaré las gracias con todo mi corazón. Salmos 9:1


Gracias, Señor es mi tributo, con todo mi corazón gracias Padre eterno, toda mi vida serán acciones de gracias loables a tu santidad; Bendito seas tu Señor que pones tus ojos en nuestro esfuerzo diario.


Dirigirse a Dios todopoderoso con suma reverencia, exaltación y respeto nos hace aptos para darle gracias por todas nuestras peticiones y exclamaciones continuas; Es una oración que denota amistad, lealtad y agradecimiento.


Muchas cosas agradan al Señor y una de ellas es la alabanza, esta nos genera favores imprevistos, en momentos no esperados, por métodos no regulares, es un escudo contra el poco o nulo control que tenemos sobre nuestro destino, convirtiéndose en una fortaleza inexpugnable ante el enemigo.


La alabanza es la alegría de la presencia de Dios en nuestras vidas, es un bálsamo que nos nutre y motiva en todo momento, nos dota de un proceder que influye de manera más asertiva y veraz en las vicisitudes contantes de la existencia.



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Tributaré gracias con todo mi corazón


Tributarte gracias es alegría para nuestras vidas, significa lograr metas, expectativas, sueños, seguir adelante sorteando dificultades y percances imprevistos; Es un ejercicio constante de aferración y renuevo a las contingencias diarias de la vida.


Tributar gracias a lo alto, es ser consciente de nuestras limitaciones y demuestra madurez al reconocer que sin Él no hay posibilidades, ni pocas ni muchas, las gracias simplemente son dadas como sustento de una ayuda que es la necesaria para la materialización del deseo o necesidad concreta.


Tributar no solo es sinónimo de contribuir, pagar o cotizar, también es manifestar admiración, respeto o afecto; Cuando decimos “Los presentes le tributaron una fuerte ovación” nos referimos a que ese público está satisfecho por lo recibido, paso un buen momento, lo que se esperaba tarde o temprano ocurrió y por esto ofrecemos tributo.



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Siempre otorgaremos tributo a Dios porque solo de Él, hoy, mañana, en años o al final de nuestras vidas recibiremos su promesa, el momento no importa, porque Él es quien decide cuando dar en el instante adecuado, acorde a su inmenso amor y sabiduría hacia nosotros.


Por ningún motivo debemos desesperarnos por querer esa recompensa lo antes posible, ya que tenemos vendados los ojos acerca de la proyección del futuro, pero algo es seguro:


Si la recibes ya ¡Da gracias a Dios! porque te inoculo él dote de energía necesaria para impulsar tu legado y si te la da después “Da gracias a Dios” porque te guio siempre en el camino, fuiste tan importante para Él que jamás te dejo solo, espero para que cuando tuvieras vasta experiencia y propósitos maduros dieras lo mejor de ti.


Quien recibe la recompensa de Dios de forma postergada es doblemente bendecido porque la vejes no entra en su espíritu, son personas diariamente activas y a pesar de los años sacan energías de donde no hay.


Por esto y por todo lo demás ¡Gracias Dios! Te tributaré gracias por siempre.



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